Conservación de la fauna se enfrenta a numerosos desafíos a nivel mundial, y Brasil no es la excepción. Este país, conocido por su biodiversidad sin igual, reporta cifras alarmantes que resaltan la urgencia de medidas efectivas de protección animal. Cada año, 475 millones de animales mueren en las carreteras brasileñas, víctimas de atropellos que afectan principalmente a especies vertebradas como pájaros, ranas y mamíferos, incluyendo al carpincho, al armadillo y a la zarigüeya. Estas cifras no solo reflejan una crisis ambiental, sino también un llamado a la acción para implementar soluciones innovadoras y sostenibles que puedan mitigar el impacto de la infraestructura humana sobre el mundo natural.
En este contexto, la conservación se convierte en un imperativo no solo para la supervivencia de las especies afectadas, sino también para el mantenimiento de los ecosistemas que son esenciales para la salud ambiental del planeta. La pérdida de cada animal en estas carreteras no solo es una tragedia en sí misma, sino que también tiene efectos en cascada en la biodiversidad y en los delicados equilibrios ecológicos que sustentan la vida en estas regiones. Por tanto, entender y abordar las causas y las consecuencias de estos eventos mortales es crucial para los esfuerzos de conservación en Brasil y en todo el mundo.
La Impactante Realidad de las Carreteras Brasileñas
Alex Bager, coordinador del Centro Brasileño de Estudios en Ecología de Carreteras, destaca que «entre 15 y 17 animales son atropellados cada segundo en nuestras carreteras». Este dato subraya el devastador impacto que tienen las infraestructuras viales en la fauna del país, poniendo en peligro la supervivencia de numerosas especies. Este alarmante número refleja no solo la frecuencia de estos incidentes, sino también la magnitud del desafío que enfrenta la conservación en Brasil. Estos atropellos no son meros accidentes; representan una intersección crítica entre el desarrollo humano y la vida silvestre, donde las carreteras se convierten en barreras mortales para la biodiversidad local.
En respuesta a esta crisis, es imperativo adoptar enfoques que puedan reducir la mortalidad de la fauna y fomentar una coexistencia más armoniosa entre el desarrollo humano y el mundo natural. Las estadísticas proporcionadas por Bager no solo sirven como un llamado a la acción, sino como un recordatorio de la responsabilidad compartida para proteger el rico patrimonio natural de Brasil y asegurar un futuro sostenible para todas las formas de vida que lo habitan.
Innovación Tecnológica al Servicio de la Fauna
En un esfuerzo por contrarrestar esta tendencia, Gabriel Souto Ferrante, estudiante de la maestría de ciencias de la computación en la Universidad de Sao Paulo, desarrolla un sistema avanzado de visión computarizada desde 2021. Este sistema tiene como objetivo detectar a las especies en peligro y alertar sobre su presencia en las carreteras, combinando tecnología de punta con conservación.
Souto y su equipo han puesto en marcha numerosas pruebas con un algoritmo de detección de objetos en tiempo real, conocido como YOLO, y los resultados han sido prometedores. «Sin embargo, para la implementación de esta tecnología en la práctica son necesarias más pruebas y, sobre todo, apoyo de las empresas que gestionan las carreteras», afirmó Souto.
Estrategias para Minimizar la Fragmentación de Hábitats
Para abordar el problema de la fragmentación de hábitats debido a las carreteras, se han implementado en Brasil corredores ecológicos y puentes verdes. Estas estructuras ayudan a los animales a cruzar de manera segura, aunque su impacto sigue siendo limitado en un país de vastas dimensiones territoriales.
«Los pasos inferiores son la medida de mitigación más extendida hoy en Brasil», explicó Bager, quien también mencionó la existencia de pasos superiores con vegetación diseñados específicamente para especies como el tití león dorado.
Desafíos y Perspectivas Futuras
A pesar de los avances, la falta de recursos financieros ha sido un obstáculo considerable. Bager, quien en 2014 creó el Sistema Urubú, una red social de ciencia ciudadana, se vio obligado a suspender la plataforma el año pasado. No obstante, continúa trabajando para reactivarla y optimizar la conservación de la fauna brasileña.
«Cada vez tenemos más carreteras, más vehículos y un número de animales atropellados que probablemente sigue creciendo», lamentó Bager. La necesidad de integrar más tecnología y aumentar la protección animal es evidente, y el camino hacia una conservación efectiva requiere un compromiso continuo y el apoyo tanto gubernamental como privado.
Conservación y Desarrollo Sostenible: Nuevas Estrategias en las Carreteras de Brasil
La conservación en Brasil enfrenta desafíos significativos debido a la mortalidad de la fauna causada por las carreteras, con estimaciones que indican la pérdida anual de casi 9 millones de mamíferos de tamaño medio y grande. Este impacto no solo supone una enorme pérdida de biomasa, estimada en más de 10,000 toneladas al año, sino que también afecta de manera desproporcionada a especies en peligro como el oso hormiguero gigante y el tamanduá (Transport Ecology).
Para mitigar estos impactos, se han desarrollado varias estrategias. Una de ellas incluye el uso de estructuras de cruce de fauna, como pasos elevados y túneles, que han demostrado ser efectivos especialmente para especies más grandes como el tapir. Además, las medidas temporales como el cierre de carreteras durante periodos críticos o la reducción de límites de velocidad durante ciertas épocas del año también han demostrado ser beneficiosas. La construcción de sitios de anidación artificiales y la implementación de culverts son otras estrategias que facilitan el cruce seguro de especies más pequeñas y reducen el número de víctimas por atropellos (Environmental Science).
Aunque estas intervenciones son prometedoras, la necesidad de más estudios enfocados en la viabilidad poblacional de las especies afectadas por atropellos es urgente, para comprender mejor cómo estos incidentes afectan la supervivencia a largo plazo de la fauna y poder desarrollar planes de conservación más efectivos (Transport Ecology).